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Que de la declaración testimonial de la auxiliar de farmacia del Hospital Centenario de Gualeguaychú, señora Silvia Graciela Sartori, obrante a fojas 68 y vta., surge que no tenía acceso y que no se enteraba de nada, dado que el manejo y control se realizaba por las farmacéuticas Díaz y Correa, dado que había una interna política y ambas eran de la misma línea que el director;
Que en autos no se observa agregada acta notarial o constancia que de fe que, efectivamente, se procedió a la rotura del candado que supuestamente cerraba el depósito para futuras guardias de emergencia acondicionado por el jefe de servicio, ni tampoco queda probado que la llave no se encontraba en el Servicio, lo que, además, debió ser así, en caso contrario sería responsabilidad no solo del farmacéutico Nozzi, al dejar la jefatura del servicio por uso de licencia, sino también de su reemplazante y del mismo director del nosocomio, toda vez que todos tenían conocimiento de lo que allí existía, una habitación con stock de medicación para abastecer futuras guardias de emergencia, ya que ese era un proyecto en conocimiento y autorizado por el director, todo lo cual queda probado con las documentales obrantes en autos, como con las testimoniales de la farmacéutica Marcela Viviana Correa;
Que no se puede dejar de advertir que llamó poderosamente la atención que ante el supuesto hecho de tanta gravedad imposibilidad de realizar una operación en tiempo y forma por falta de medicación Sevorane, no se haya realizado la pertinente denuncia policial y ante las autoridades administrativas competentes, no se haya aplicado sanción alguna a todos los responsables a cargo del servicio, extrañamente aparece denunciado el hecho por el ex director del Hospital Centenario de Gualeguaychú, el día 20 de mayo de 2003, cuando el mismo ocurrió en enero de 2002, el que por suerte tuvo un final feliz dado que el niño no sufrió daño alguno por la demora de la cirugía, todo lo cual resalta un incumplimiento por parte del doctor Etchegoyen a los deberes de funcionario público, ya que si se estaba en presencia de un hecho de tanta magnitud, debió proceder a su denuncia, lo que debilita más aún la objetividad y seriedad de la presente imputación, por lo que el presente cargo, no habiéndose probado los extremos denunciados, a tenor de los fundamentos vertidos precedentemente, corresponde por este hecho disponer el sobreseimiento del encartado;
Que respecto al hecho que se le endilgara al sumariado de un desenvolvimiento desinteresado y negligente, poniendo día a día en evidencia una desidia total en el cumplimiento de sus funciones, omitiendo no solo cumplir con directivas internas del hospital, sino también con normas de mayor jerarquía, tales como aquellas que establecen su horario de trabajo y en definitiva demostrando inidoneidad en el ejercicio de las funciones encomendadas, surge del análisis del presente cargo y conforme lo informara el nuevo director del Hospital Centenario de Gualeguaychú, doctor Pedro E. Ghiglione Bocalandro, el mismo aparecería manchado de subjetividad y malicia de quienes le informaron sobre el desempeño del sumariado, toda vez que éste recién asumía su